miércoles, 7 de mayo de 2025

Nada garantiza nada

No lo puedo creer.

        Ni ganas de escribir, ni de morir, ni de respirar, ni de existir. No encuentro nada en mí. No hay nada. Sin ella no hay nada. Sin ella no hay nada. No quiero nada sin ella. Pero ahí está, no queriendo nada conmigo. Bah, queriendo pero no pudiendo. Sufriendo conmigo. Queriendo estar bien, estando mal. Doliéndole pensar en mí. 

No gustándole yo. No viendo su futuro conmigo. Viendo un futuro que le gusta más. Sin mí. Siendo linda sin mí. Siendo más linda, sin mí. Viéndome como lastre. Viéndome como atrasado. Inconscientemente creyendo que ya no le puedo aportar nada más. Que ya no puede obtener nada de mí. Echándome de su vida una vez obtuvo lo que necesitaba de mí.

Nada garantiza nada. No hay palabra que la haga volver. No hay persona que haya muerto de angustia, ni humano que no se haya devenido en líquido por los ojos. No hay mal que dure cien años, no hay encanto que le haga devolver la atracción, no hay acción mía que le guste. Nada de lo que soy sin ella le parece oportuno, deseable. Ninguno de mis cimientos hacen una vida en conjunto con su personalidad. Nada de lo que me edifica le parece admirable. 

"Ya está, habrá otra". Yo la quería a ella. La quiero a ella. No quiero pensarme en este momento saliendo así como así. "Bueno fue, si no es una es la otra". No, no quiero ser así de empírico, aunque la respuesta sea esa. No coincidimos, hicimos lo que pudimos, no pudimos más, hasta la próxima. Ya sé. Pero no hay palabra que sane. Ni ganas de escribir, ni de morir, ni de respirar, ni de existir.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario