Es eso lo que busca. Primero, que renuncies, o que te dejes llevar. Nunca supiste, pero te estuvo invitando y fuiste cediendo. En un momento te sentiste un poco cansado, querías relajarte. Ya no querías pensar. Nunca sentiste los miembros así, atrofiados, que no respondan a la misma velocidad. No sabes qué es, pero como cuando cerras los ojos todo se alivia, las conjeturas apuntan a que es sueño.
Así que cerras los ojos. El mar en calma. El náufrago, ya cansado de remar, se echa panza arriba en el bote blanco, deja la pesada vara de madera a un costado, y se entrega en voluntad y rumbo a Poseidón.
Casi muero.