jueves, 1 de mayo de 2025

No estás

        ¿Cómo hago para llorar? Tengo una mujer atravesada en mi garganta, que no es una mujer sino mi novia, que no es mi novia sino alguien a quien pertenezco y que no me tiene. No hay canción que alcance, todas tienen ocupado su cupo de llanto, tienen a su identificación marcada con el sello de la tristeza curada, y ahora el arte me deja solo con este dolor que no conozco. 

Necesito que estés acá para llorar, para llorar con vos, pero justamente quiero llorar porque no estás. Nunca estás. No te puedo pedir nada, no te puedo ofrecer nada, no necesitás nada de mi, no me das nada. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que te moleste la obligación de ser novios? ¿Cuánta tolerancia te va a rebalsar para que ya no quieras salir de tu rutina para visitarme en mi asilo? ¿Qué va a ser lo que tapie la única ventana que te queda para verme? Porque entraste muchas cosas nuevas a tu casa y tu casa no puede crecer, el espacio es el mismo, y a las cosas nuevas las necesitás. Y un día voy a ir a visitarte y voy a encontrar mi ropa en el marco de la ventana porque no me vas a tirar a la calle pero te urge tener más lugar en el ropero. 

Te vi hacer tu camino, fuimos dos pavimentando tu calle, ese lugar al que odiabas llegar. ¿Te acordás de que no tenías ni un espejo en tu casa porque odiabas verte? Yo estaba ahí. Y estuve cuando te animaste a tener uno. Y me puse feliz por verte así. Te quisiste hacer un tatuaje que llegaba hasta tu mano, sabías que iba a quedar bien pero no sabías si el mundo te iba a cerrar la puerta, y me aseguré de que sepas que pase lo que pase al menos yo iba a estar ahí. Y te encantó el resultado. Y me puse feliz por verte así. Quisiste arrancar la carrera que querías estudiar, darte otra oportunidad de encontrarte, pero no sabías si te iba a dar el tiempo para todo, y me aseguré de que puedas contar conmigo. Y ahora amás ese espacio nuevo, amás lo que estudias, y estoy recontra feliz por vos. 

Ahora estás radiante, hermosísima, completamente feliz, y sin mí en ningún lado. ¿Y qué iba a hacer yo? ¿Ponerme como protagonista de algo en tu vida para asegurarme de que no me desplaces? ¿Pedirte que me hagas una gruta en la vereda para que me reces todos los días? Quise hacer cosas por mí porque hay vida más allá de vos, es cierto, y ahora hago deporte, tengo amigos de nuevo, escribo, hago música, pero seguís sin aparecer. Yo soy más feliz, pero sigo sin vos. Creí que así no iba a pensar tanto en vos, pero confundí el problema. El problema no es pensar mucho en vos, el problema es que ya no estás. Y encima no puedo llorar.

Ya no tengo lugar en tu vida, ¿y ahora qué mierda hago?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Zanahoria

          Si tuviera los huevos de transcribir las historias que me invento y hacerme cargo de ellas estaría siendo, al menos, un poco recon...