Y un día me reí de lo arbitrario. Caminando por las habitaciones, tranquilo en una tarde tranquila. Después de permitirme un mimo de música, cantaba el repertorio nacional cuando el algoritmo decidió invocarte. No sabía si creerte, no sabía si es porque la banda es buena o si el recuerdo la ameniza, desconocía el origen de todo, y sin pensarte te pensé. Descubrí de repente que estás asociada a la voz de Toth, y que por suerte no conozco ninguna canción triste de él.
Es por amor que uno hace lo que siente. Y por amor, que rebotaba entre amor a vos, a mí, a lo nuestro o al amor mismo, existís en una cuota mucho más grande que lo que me gustaría reconocer. Me apoyé contra la pared, mis manos atrás de la espalda, los pies cruzados y las piernas oblicuas, y mirando fijo un punto inexistente sonreí para acordarme de lo hermosa que te ví siempre.
Río. Porque me acuerdo que me cansé de decir "esta es la última vez que te escribo", hasta que a la sexta te dejé de buscar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario