miércoles, 10 de octubre de 2018

Pavos Reales (prólogo)

        Hoy soñé. Es la respuesta fácil. Fue hace nada, estaba así como ahora, acostado de perfil mirando a la puerta, dándole la espalda a la pared gris, tapado hasta el cuello sin saber si hacía frío o calor, si estaba soleado, si había alguien más en casa. Podía quedarme mirando el marrón madera de la puerta y perderme mentalmente entre las curvas del dibujo natural pero eso significaría que debería estar levantado. Cerré los ojos y pretendí volver a donde estaba. 


        No me puedo sacar de la cabeza que hago todo mal. Hace como un mes que tendría que tener el cuento escrito y me puedo levantar temprano a hacerlo, pero simplemente me pierdo soñando. En los sueños es más fácil. 


        No quiero escribir. Te juro que no quiero. Debo porque quiero estar en ese libro, pero no quiero. Me muero de ganas de esquivar esta responsabilidad como esquivo todas las demás. Soy un nene. Hace mucho que soy un nene. No puedo pararme. No puedo salir adelante. Hace años que estoy en la misma situación. No puedo agarrar responsabilidades, todo se transforma en una mierda cuando es mi responsabilidad. Todo es una mierda. Aún así no me quiero matar, que es lo loco. Pero no puedo ser responsable, no puedo crecer. Quiero ser para siempre el niño que soy, soñar cuando duermo, soñar cuando me despierto, sentarme en la mesa y soñar que cocino, soñar que no tengo hambre. Soñar hasta que mágicamente la mesa esté servida, como siempre pasa. Soñar que me pego un tiro para recordar cuánta gente me lloraría porque la verdad no tengo a nadie que me levante el ego, lo tengo que hacer yo nomás y con esa táctica de mierda. No sé qué voy a hacer de mi vida pero siento que nunca voy a crecer ni tener novia ni tener un trabajo estable ni nada. No tendré nada más que todas las promesas que fui y que no concreté. 


        No quiero escribir. Estoy muy contento soñandome aparecer en el libro, no necesito escribir el cuento si al fin y al cabo cierro los ojos y me veo ahí. No tengo energías para describir cosas, me da paja. No quiero hacer poesía no quiero hacer cosas lindas, quiero que el cuento del orto esté terminado. Quiero que esté terminado. Quiero que ya esté hecho, no quiero hacerlo. No quiero esforzarme porque ya se que con el esfuerzo me duele mucho más chocarme contra la pared de no tener ideas, de avanzar un párrafo darme cuenta que es una mierda lo que estoy escribiendo y largarme a llorar y pegarme una piña porque soy un inútil que se genera impotencia a sí mismo.


        No puedo. Quiero morir. Que alguien me mate porfa.

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