jueves, 16 de enero de 2025

Defensa de la admiración

            Te miro tanto porque sos hermosa. Porque si fueras un cuadro te miraría una hora entera por día, pero resulta que tenés subjetividad y no sería agradable que mientras seas una persona otro sujeto te estaquee con sus ojos.

            Me despojaría de mi humanidad para poder mirarte ininterrumpidamente sin matar tu naturalidad. Sos hermosísima, y me libro de mi persona, de mis capacidades o posibilidades de hacer algo más con eso.

            Me encantás, nada más y nada menos. Así que ojalá, a partir de ahora, mis ojos ya no le agreguen tantas pesas al esfuerzo de trabajar.

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